¿Cómo funciona la clarividencia?

En primer lugar, hay que señalar que no existe un único tipo de clarividencia, esta capacidad se expresa de forma diferente según las personas.  Según la edad y el nivel de apertura mental, si hay fe o falta de fe, según el poder de la confianza en sí mismo, el nivel de autoestima.  Todos son factores que contribuyen o inhiben la capacidad de respuesta y la receptividad del individuo.

El primer nivel de clarividencia es la intuición. En el lenguaje común se expresa como “sentir situaciones”, “tener sentido de”, “tener olfato”, “tener un sexto sentido”.   Pero, ¿qué representa exactamente? Las personas intuitivas no tienen por qué tener un aspecto físico diferente al de los demás. Simplemente “sienten” las señales, las tienen en cuenta y las interpretan de forma que maximicen sus posibilidades de supervivencia. Es decir, la intuición sirve para “cazar”, sirve para encontrar lo que buscamos, para poder reconocer una oportunidad, para entender lo que acecha en lo desconocido. La aptitud y capacidad ancestrales han permanecido activas en el hombre a pesar de que en las zonas urbanas las “presas” son diferentes.

La clarividencia y los sueños

Una extensión de la intuición es el sueño premonitorio, que representa la clara aplicación del instinto de supervivencia al nivel psicológico, a la psique y a los pensamientos. La actitud primitiva se ha adaptado al tipo de vida actual. Los sueños premonitorios sirven para reconocer los momentos clave de nuestra existencia y para prepararla o crearla unificando pensamientos, esperanzas y sentimientos en una única energía visualizada en forma de escenas vividas con antelación para tranquilizar y armonizar a la persona con su entorno.

Los flashes premonitorios son extensiones de los sueños premonitorios ocasionales. Se producen cuando nuestra conciencia se comunica con el subconsciente sin los filtros habituales. La comunicación entre el subconsciente y la conciencia de vigilia crea un instante de conciencia: un destello premonitorio, una iluminación capaz de anticipar un acontecimiento, o de visualizar una oportunidad o una idea importante.

La clarividencia psíquica o mediumnidad psíquica es la conexión entre un “vidente” y las ondas psíquicas de la persona que le interroga. No está vinculada al sentido físico porque se realiza por teléfono o por correo electrónico, es una lectura, una interpretación personal de las energías contenidas en la vida y el entorno del consultante. Cuanto más recibe el clarividente detalles físicos (lugar donde vive, edad, profesión, estado psicológico) más se amplía su capacidad de percibir los ambientes de los distintos sectores de la vida del consultante.

Leer la vida (o recibir consejos de cartomancia u otro método de adivinación) no es proyectar el futuro. Si pides una consulta con un vidente o una vidente, analizas tu vida desde fuera con una persona objetiva para aclarar tus conceptos y tu plan de vida para poder tomar decisiones personales.

¿Para qué sirve la clarividencia?

La videncia sirve sobre todo para hacer un resumen de la propia vida, para clarificar el momento, para morar en el interior, para recuperarse psicológicamente, para tomar conciencia de las propias aspiraciones a fin de comprender cuáles son las prioridades de la propia vida.

La clarividencia recuerda la comunicación entre la “glándula pineal, los núcleos de materia gris y las áreas cerebrales de los sentidos físicos”. Esta lectura ampliada permite captar las vibraciones emitidas por el cuerpo de una persona o el entorno; el calor, las ondas de intensidad de las fuerzas vibratorias emitidas por los músculos y el alma de una persona o incluso los residuos de las ondas psíquicas y electromagnéticas. Este conjunto de información mixta complementa lo que llamamos “clarividencia”.

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